Nacida en Córdoba, Cruz puso sus ojos desde muy joven en los contrastes de su entorno; la luz de Andalucía es un buen escenario para madurar como fotógrafa.
Rodeada de familiares apasionados al vídeo y a la fotografía, Cruz dio sus primeros pasos rumbo al presente.
Siendo muy joven, quedó impresionada con un desfile de modelos que presenció. Las cámaras, las luces, la expectación y el ambiente que genera un pase de modelos avivaron en ella gran interés. Con catorce años, teniendo su primer ordenador, se aficionó fervientemente a diseñar vestuario y anuncios, y a utilizar programas de edición.
Cruz estaba enamorándose de su trabajo sin saberlo aún. Florecía en ella un instinto vocacional irreversible y ávido de progreso. Disfrutaba combinando colores, haciendo eslóganes, buscando palabras acordes a la imagen y resaltando la belleza de las mismas.
Llegado el momento, decidió estudiar ciencias empresariales para, de ese modo, abrir un abanico de posibilidades venideras. Fue así que encontró una asignatura de especial interés: Marketing. Su finalidad, tras acabar la carrera de empresariales, sería cursar la licenciatura en investigación y técnicas de mercado.
Combinaba sus estudios con el aprendizaje libre de distintos elementos de importancia, como la realización de páginas webs, el arte fotográfico o la relación de imagen y sonido.
Como resultado de la fusión de todas sus actividades, la aventura tomaba una nueva dirección enfocada (nunca mejor dicho), a la profesionalidad.

En relación a su carrera de empresariales, trabajaría por cuenta ajena un tiempo, compaginando la realización de páginas webs a conocidos, y luego a conocidos de esos mismos conocidos. Grababa desfiles, partidos de fútbol, realizaba reportajes a familiares y amigos, etc. Hasta que en 2009 surgió la posibilidad de hacer el primer reportaje de boda. Con la ayuda de su padre, Andrés Megías, que le compraría su primera cámara profesional y grabaría con sus cámaras de vídeo hasta la actualidad, se dispusieron a despegar como Cruz Producciones.
Tuvieron que hacer planteamientos e inversiones arriesgadas, y eso sigue siendo parte fundamental de la empresa.

Ahora, Cruz dedicaría todo su tiempo a su profesión de fotógrafa sin dejar de dar rienda suelta a su imaginación y creatividad. Descubrió que le satisfacía conocer a las personas, poder ofrecerles un trabajo en relación a sus necesidades y brindarles un producto imperecedero, algo atemporal, un recuerdo único y exclusivo.
Trabajar como fotógrafa y videógrafa le hace feliz. El trato y la experiencia con los clientes es en gran medida la causa de que eso sea posible.

Luis García